No saben quién es Pocholo ni han oído las canciones de María Jiménez, pero los habitantes de la localidad keniana de Voi han recibido con gusto al equipo español que desde enero graba allí el programa de televisión 'Aventura en África' (Antena 3). El desembarco de más de 150 profesionales, entre cámaras, editores, redactores, iluminadores y técnicos de sonido no ha pasado desapercibido en esta ciudad, situada junto al Parque Nacional de Tsavo, el mayor de Kenia, 350 kilómetros al sureste de Nairobi.

La grabación del espacio ha supuesto trabajo para más de un centenar de ciudadanos de Voi: conductores, carpinteros y mozos que ya chapurrean en castellano algunas expresiones como «hola, amigo» y «estoy muy cansado». Víctor Martín, director de producción, calcula que del presupuesto de más de seis millones de euros que Globomedia y Antena 3 han desembolsado para el programa, un 30% se está quedando en Kenia, tanto en sueldos como en compras, permisos de grabación, tasas del parque nacional y la estancia en el hotel.

Simon Ndegwa, responsable de una ferretería en Voi, afirma que la llegada del equipo de televisión «se ha notado mucho. Especialmente en un mes como enero, en el que nadie tiene dinero para comprar después de Navidad». Ndegwa ha vendido al programa cables, bombillas y todo tipo de material eléctrico, así como bafles y hasta una antena parabólica. «Un día vinieron a buscar auriculares y se llevaron todas las existencias de la tienda», añade el comerciante, que ya ha aprendido palabras como «bienvenidos» y «adiós» para saludar a sus mejores clientes actuales.

Tampoco se queja Margaret Mwakulila, de 40 años, costurera y madre de seis hijos. «Normalmente gano unos 9.000 chelines al mes (90 euros), pero este mes ha sido distinto por los españoles», dice. En dos semanas, la modista ha sacado lo que suele ganar en un mes cosiendo pantalones, vestidos y camisas con los llamados 'kangas' y otras telas típicas del país africano. «Me gustan los españoles porque dan trabajo y pagan bien», afirma Margaret, quien sin embargo puntualiza: «Regaten mucho».

Esther Okoth, otra costurera, comenta orgullosa que ha hecho dos vestidos para la presentadora, Paula Vázquez. «Tiene un cuerpo perfecto», añade. Casi todos viven ajenos a las aventuras de Pocholo, Sergio Pazos, María Abradelos y el resto de concursantes, con excepción de los guardas armados del parque, que les acompañan noche y día. «En general son obedientes y siguen nuestras instrucciones de no acercarse a los animales ni salir a ningún sitio sin nosotros», afirma el guarda Dominic Ochieng, que confiesa no entender muy bien «en qué consiste el juego».

Sobre el terreno

Contento con el sobresueldo que supone para él vigilar a los famosos, Ochieng asevera que, sin la presencia de los guardas, les da «menos de una semana antes de que les ataquen un búfalo, un elefante o un león». Después de rodar otras ediciones en el Caribe, el Pacífico, Brasil y Seychelles, «África era lo que pedía el programa», explica Víctor Martín. «Las dificultades para rodar en el terreno son mayores, pero eso hace el trabajo muy bonito», agrega el director de producción, quien señala que el equipo está entusiasmado de estar en Kenia. «La gente se está volcando en hablar suajili».

Ciertamente, a los conductores les dicen «tuende» (vamos) o «ngoya» (espera), y a los camareros del hotel se les pide una cerveza «barisi sana» (muy fría). «Esperamos que el programa ayude a vender Kenia como destino turístico», apunta Salim Ndeka, subdirector del Voi Wildlife Lodge. El hotel planea quedarse, cuando concluya el concurso, con algunas de las instalaciones que se han construido específicamente para el programa: es el caso de 'El Consejo', una reproducción de un poblado masai.