El viaje lo llevará hasta un impresionante encuentro con las aguas del Amazonas. Si usted va Tenga en cuenta que si bien las autoridades de Brasil no piden visa, sí exigen, como requisito indispensable, aplicarse la vacuna contra la fiebre amarilla diez días antes de realizar el viaje. Lleve ropa fresca y protéjase con bloqueadores solares y repelentes contra los insectos. A Manaos se puede viajar en un vuelo que lo lleva desde Bogotá a Caracas y luego a la llamada capital de la Amazonia. Los hoteles, a pesar de sus comodidades y de ser cinco estrellas, tienen tarifas y ofertas en diferentes épocas del año. El alojamiento en una habitación sencilla puede costar entre 90 y 100 dólares la noche para dos personas. Si va a salir a la ciudad, un taxi le cobrará entre 8 y 10 dólares. Una gaseosa cuesta en promedio un dólar. La moneda oficial es el real. Por un dólar le dan hasta tres reales. Impresionante porque cada río tiene un color distinto, como si quisiera marcar su territorio. Las gigantescas cuencas que se pueden recorrer hacen creer por momentos que se está navegando por el mar y no por un río. Entre una orilla y otra hay hasta 22 kilómetros de distancia.No solo selva Pero Manaos es una ciudad de contrastes. No solo ofrece el ecoturismo y la selva como atractivo. La ciudad es uno de los patrimonios históricos del Brasil. Allí están intactas las huellas del pasado glorioso del caucho. Muchos edificios y casas conservan la arquitectura importada de la Europa del siglo XIX. La vieja plaza de mercado sobre el puerto, Con una temperatura promedio de 33 grados centígrados, Manaos compite en infraestructura turística con otros destinos como Aruba o Curazao

Solamente el hotel Tropical Manaos, de propiedad de la aerolínea Varig, tiene una capacidad de 600 habitaciones, con todas las comodidades de un resort de cinco estrellas. Allí, en más de 50 hectáreas, los visitantes tienen a su alcance grandes gimnasios, piscinas, áreas para deporte y salones para convenciones, como en cualquier grande centro turístico del mundo. Al frente de los hoteles, al estilo de los grandes resorts del Caribe, los turistas pueden disfrutar de deportes náuticos y hasta de paseos en avioneta o helicóptero por la imponente ribera del río Negro, un afluente del Amazonas. Un viaje por Manaos puede permitir llegar hasta el corazón de la selva, presenciar animales salvajes, pasear en lancha por el río Negro y hasta dormir en un hotel ubicado en medio de la jungla pero que posee todas las comodidades de la vida moderna. Por ejemplo, las suites del hotel Ariau, ubicado a dos horas en lancha de Manaos, están construidas en las copas de los árboles. Tienen aire acondicionado, sauna, jacuzzi, Internet y hasta televisión por satélite. Este sitio ha sido por años el destino predilecto de grandes estrellas del cine como Jenifer López y Kevin Costner; personajes de la corona como los reyes de Esp?áaña, y magnates como Bill Gates. Un turista puede dedicar largas jornadas a recorrer la selva que rodea a la ciudad. Lo puede hacer en lancha, a través de las aguas del Río Negro. El viaje lo llevará hasta un impresionante encuentro con las aguas del Amazonas. Si usted va Tenga en cuenta que si bien las autoridades de Brasil no piden visa, sí exigen, como requisito indispensable, aplicarse la vacuna contra la fiebre amarilla diez días antes de realizar el viaje. Lleve ropa fresca y protéjase con bloqueadores solares y repelentes contra los insectos. A Manaos se puede viajar en un vuelo que lo lleva desde Bogotá a Caracas y luego a la llamada capital de la Amazonia. Los hoteles, a pesar de sus comodidades y de ser cinco estrellas, tienen tarifas y ofertas en diferentes épocas del año. El alojamiento en una habitación sencilla puede costar entre 90 y 100 dólares la noche para dos personas. Si va a salir a la ciudad, un taxi le cobrará entre 8 y 10 dólares. Una gaseosa cuesta en promedio un dólar. La moneda oficial es el real. Por un dólar le dan hasta tres reales. Impresionante porque cada río tiene un color distinto, como si quisiera marcar su territorio. Las gigantescas cuencas que se pueden recorrer hacen creer por momentos que se está navegando por el mar y no por un río. Entre una orilla y otra hay hasta 22 kilómetros de distancia. No solo selva Pero Manaos es una ciudad de contrastes. No solo ofrece el ecoturismo y la selva como atractivo. La ciudad es uno de los patrimonios históricos del Brasil. Allí están intactas las huellas del pasado glorioso del caucho. Muchos edificios y casas conservan la arquitectura importada de la Europa del siglo XIX. La vieja plaza de mercado sobre el puerto, los edificios públicos y las casas de los grandes gamonales de la época, hoy convertidas en museos, son algunos de los lugares más destacados.

Pero sin duda el que despierta la mayor admiración de los turistas y el más grande orgullo de los nativos es el legendario Teatro de la Ópera. Construido hace más de 200 años, este sitio fue traído, pieza por pieza desde Europa. El mármol, los pisos y hasta los telones fueron transportados en barco para engalanar a la antigua capital del caucho. Cuando se acaba de conocer la parte histórica de Manaos, aparece la otra ciudad: la de los gigantescos centros comerciales donde de consigue ropa, perfumería y otros productos de los más afamados diseñadores mundiales. Eso sin contar con sitios tradicionales en los que puede adquirir productos típicos de la región. Desde productos medicinales naturales, hasta hermosos souvenirs de la Amazonia. Las noches en Manaos son otro capítulo de la aventura. Por eso, es conocida como la 'París' del Amazonas. Usted puede conseguir desde espectáculos musicales tradicionales con zamba y ritmos locales, hasta discotecas con bandas de todo tipo de música. A todo eso se suma la amabilidad de su gente. Una gente que descubrió que el turismo es un importante polo de desarrollo y para eso se están preparando. En los próximos meses otros dos grandes hoteles serán terminados en las afueras de la ciudad. Toda esa nueva infraestructura para recibir a miles de turistas que están escubriendo que la selva también es un destino importante